Descripción
Bienvenidos a esta primera micro-sesión, donde desvelaremos la importancia estratégica del cierre en cualquier comunicación académica. A menudo, el final de un discurso se considera un mero trámite, un “y ya está”. Sin embargo, les aseguro que el cierre es mucho más que eso: es la última impresión que dejamos, la oportunidad de consolidar el aprendizaje y, lo más importante, de inspirar a la acción. Piensen en ello: ¿cuántas veces han salido de una conferencia o clase sintiendo que el final fue abrupto o insatisfactorio? Esa sensación de desconexión puede ser el resultado de un cierre no planificado. Hoy, exploraremos por qué este momento final es crucial y cómo, al dominar sus fundamentos, podemos transformar radicalmente el impacto de nuestras intervenciones. Prepárense para descubrir que el “fin” es, en realidad, un nuevo comienzo para la influencia y la memorabilidad de su mensaje.
La dimensión temporal del cierre
Desarrollo
Cierre
El cierre debe ocupar aproximadamente el 15% del tiempo total del discurso. Para una presentación de 60 minutos, se recomienda dedicar unos 9 minutos al cierre. Para una de 20 minutos, aproximadamente 3 minutos serían adecuados.
Un cierre demasiado breve puede parecer apresurado y no cumplir su función de consolidación. Por otro lado, un cierre excesivamente largo puede resultar redundante y diluir su impacto emocional.
Fuente: Bermejo (2019). Estrategias para el cierre efectivo del discurso (p. 102).




